La lectura fácil es un procedimiento de adaptación textual.
Se basa, esencialmente, en un enfoque que entiende el proceso de la lectura de “abajo a arriba”, es decir, se incide en las características del texto para favorecer la accesibilidad a su contenido. Para adaptar textos existe una norma de pautas y recomendaciones para la elaboración de documentos en lectura fácil, con las que se pretende adaptar el material escrito a un estilo que pretende facilitar una lectura comprensiva a personas con dificultades para acceder a la información del texto.
Este tipo de adaptaciones se refieren a “lo que se dice” , “como se dice” y “ como se representa”.
Existen personas que tienen dificultades de comprensión lectora que, hasta fechas recientes, no encontraban una alternativa adecuada a su competencia lectora. Los únicos contenidos que podían ofrecerse eran adaptados para público infantil y juvenil, lo que suponía un menoscabo de la experiencia lectora, cuando eran personas mayores de edad con este tipo de dificultades. La lectura fácil surgió hace unos 60 años como una solución de accesibilidad orientada a facilitar la comprensión de los textos para personas con dificultades de comprensión lectora. En este breve tiempo, se ha producido una cierta eclosión tanto de su sistematización como de los tipos de publicaciones existentes. De esta forma, un grupo importante de población encuentra ya unos contenidos adecuados para su competencia y que se adapta a sus necesidades para desenvolverse en el día a día.
El nacimiento de la lectura fácil suele situarse en Suecia en torno a 1968, cuando se publicó el primer libro según esta metodología, orientado a personas con discapacidad intelectual, dentro de un programa político denominado Cultura para Todos. La primera publicación fue literaria y, pocos años después, se lanzó un periódico semanal titulado “8 páginas”, nombre que indicaba su extensión. En los años 70 del siglo XX, una organización de personas adultas publicó el primer texto informativo en lectura fácil, relacionado con el funcionamiento interno de la asociación (Bohman, 2021).
Los inicios de la lectura fácil en España se remontan a 1999, cuando las bibliotecarias Eugenia Salvador y Carme Mayol publicaron un informe sobre la lectura fácil y sus posibilidades de aplicación en Cataluña. A partir de este informe, se creó en 2001 un grupo de trabajo en el Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de Cataluña, que fue el germen de la Associació Lectura Fàcil de Cataluña, fundada en 2003 y que organizó el primer congreso de lectura fácil en España en 2005.
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